Sigo sin comprender o al menos compartir el porqué de sus puñales. Tanta sangre corriendo ha causado un desgaste y una fiebre descomunal.
Vino de visita alguna vez queriendo quedarse como dueño de la casa, al no darles permiso corrió por el patio gritando y acusándonos; hoy no quedó nada, sólo el puñal tirado, la sangre desparramada y esa fiebre que no molesta, pero que sí hace hervir cada uno de los órganos que te componen y algún día provocará que estallen. Quizá sólo se necesite un cruce de miradas para una catástrofe.
Buena suerte en el juego... perdí...por eso GANÉ.
No hay comentarios:
Publicar un comentario