Una pequeña ventana a un mundo lleno de sorpresas que se puede crear en mi cabeza, en mi corazón o en mi alma. Con amor...tanto para ustedes como para mí.
martes, 28 de septiembre de 2010
Peliroja
sábado, 25 de septiembre de 2010
Mentolatum.
martes, 21 de septiembre de 2010
S.U.R.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Duerme Negrita
jueves, 9 de septiembre de 2010
Amigos en Negativo

viernes, 3 de septiembre de 2010
Mundo cruel, muy cruel. IV parte, parte final.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
Mundo cruel, muy cruel. III parte
Iba caminando sola por sus barrios, si bien era tarde, uno jamás cree que le pasará algo. Estaba cerca de su casa, de hecho ya casi llegaba, cuando un tipo se puso a caminar tras ella. Naturalmente una camina más rápido esperando sentirse un poco idiota por haberse pasado un rollo de ese tipo, pues, la mayoría de las veces el tipo nunca camina más rápido, pero esta vez no fue el caso, el tipo sí aceleró el paso y corrió tras ella cuando ella lo empezó a hacer. Él fue más rápido, la alcanzó y la haló del pelo hacia un lugar donde no sería fácil visualizar la escena. Por lo mismo ella grita advirtiendo el peligro que se le viene encima y ahí viene el primer puñetazo. Desconcertada mira sus ojos y fue ahí cuando vio una frialdad que jamás vio antes, se preguntaba que le había pasado a ese pobre tipo para que estuviese haciendo algo así. Ella es tan pura que no se preguntaba por qué la golpeaba, no se preguntaba porque la quería llevar, no se preguntaba por qué a ella, ella se preguntaba por la vida de aquel hombre que la estaba maltratando.
Cuando se dio cuenta de que aquel tipo no quería su celular, su billetera o un agarrón loco, sino que en realidad lo que él quería era llevársela quien sabe a dónde o con quién, fue cuando comenzó a gritar descontroladamente otra vez, claro que esta vez mucho más fuerte y constante, si no la ayudaban en ese momento, no sería nunca. Lamentablemente para ella, esos gritos le salvarían la vida, sí, sin embargo también sería el suceso que dio paso a su estadía en el hospital donde yo la vi. El tipo al ver que no se callaba se desesperó y la agarró como en un ring de boxeo en el cual ella no era más que el saco con el que se entrena, pues ella jamás levantaría la mano contra otro ser humano. El tipo arremetía contra su carita de manera brutal, hasta que aparece otro tipo y un taxi. De esta forma el tipo salió caminando del lugar, como si nada hubiese pasado mientras ella sangraba por dentro y tenía su cara levemente desfigurada y adolorida producto de la fractura que le produjo entre el cráneo o la mandíbula. No contento con ello también se la dislocó.
El tipo que llegó a “salvarla” la contuvo un buen rato y mandó a un vagabundo desorbitado que se encontraba en el lugar a que la escoltase al hospital, que para suerte de ella estaba al frente, mientras él iba a buscar al otro tipo para golpearlo. De todas formas la caminata no fue nada fácil para ella, con el shok que tenía más los golpes y la desconcertación a cualquiera le habría dado miedo que te siguiera por la calle un tipo al que no conoces, que está sucio y que más encima huele mal.
El resto de la historia es innecesaria, a fin de cuentas ella llegó a la misma pieza donde estaba mi Vivi, claro que sin atención alguna por varios días.
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Mundo cruel, muy cruel. II parte
Fui a ver a mi amiga linda al hospital, iba asustada porque iba tarde e hice la travesía de la vida para llegar a la hora, no quería llegar atrasada porque ya había fallado el día anterior y se iba a enojar. Llegué con la ayuda de mi primo, y cuando entré estaba mi amiga acostada en la camita con mejor cara que nunca, así que entré contenta mirando las demás caras de la habitación, me detuve dos segundos en una carita hinchada con unos ojos muy particulares, pero seguí mirando, saludé y me senté, fue ahí cuando mi mente paró y dije “Yo a ella la conozco, ella era mi mejor amiga cuando chica. Es la Taty”. Claro que era ella, esos ojos son algo inconfundible, me acerque para preguntarle qué le había pasado, estaba feliz de verla de nuevo, pero no precisamente en el hospital.
Por qué estaba en el hospital, todas las personas de la sala estaban con pijama y conectadas a algún tipo de analgésico, pero ella no, ella estaba vestida, con dolores y con un pañuelo que le tapaba la cara. Crucé un par de palabras con ella, sin ahondar mucho en los detalles de su estancia en aquel lugar mientras seguía compartiendo con la Vivi, más que mal era a ella a quien yo iba a ver. Durante el transcurso de la tarde me fui enterando lo que le pasó, no lo podía creer, cómo a la niña más dulce que he conocido en la historia de la vida le pudo haber pasado una cosa así.
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