¿Alguna vez te sentiste útil de una determinada forma? Apuesto a que sí, es exquisito saber que puedes ayudar a las personas con sus vidas, incluso en lo más mínimo. Sobre todo cuando se trata de alguien a quien le haz dado mucha importancia en tu día a día. El problema comienza cuando esa utilidad deja de ser en un contexto y pasas a ser útil como un objeto, con un único propósito determinado, para el cual ni si quiera estás de acuerdo.
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Pasó la noche y la cinta seguía corriendo, a veces escuchaba sus mudos gritos y podía tomar la trama de lo sucedido, sin embargo, el sueño era más poderoso y volvía a sacarla del relato. A medida que el reloj avanzaba dormitaba, hasta que el sueño se tornó un tanto confuso, a tal punto que no sabía si era real, pero era demasiado irreal como para insertarlo en la realidad... ¿se entiende hasta acá?...hizo caso omiso y trató de seguir durmiendo, aunque realmente su sueño era casi imposible de dejar a un lado, insisto lo irreal era demasiado real.
Al cabo de unas horas todo se intensificó, no era un sueño, era real, tristemente, mientras ella dormía...
Decidió y se obligó a seguir durmiendo, quizás sí estaba soñando y así tendría el chance de que todo hubiese terminado a la mañana siguiente, pero con el salir del sol todo se hacía más claro, no había forma de negar lo ocurrido, despertó a su cuerpo, pues si bien su mente funcionaba al mil por ciento -no podía parar de pensar, cuestionarse, dudar, interpretar, etc.-, aún no había logrado reaccionar. Y adivinen... no lo haría tampoco.
Levó las manos a su rostro y no se atrevió a decir nada, sólo a guardar silencio... su mente volvió a aquella vez, a aquellas dos veces. Se sintió de la misma forma, útil como un objeto, sólo un vil objeto. Pues no había otro valor para ella en ese momento, mas que el de un pedazo de carne.
Sin sentirse digna para mirar al sol se puso de pie y corrió a la ducha para quitarse toda esa mugre que sentía dentro, cómo no haber defendido su propio cuerpo, esta vez sí tuvo la oportunidad y no lo hizo. Al salir del agua, se sentía más cómoda, pero no más aliviada, no menos culpable. Jamás se iba a comprar con lo anterior, imposible, la rabia era con ella, tapar su rostro no era defender lo suyo, era esconderse.
El sol se esfumó y todos comieron asado.
1 comentario:
cuático...
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