Siempre he creído que el verano es la mejor estación del año. Hace calor, la ropa es más linda y hay más piel, puedes salir más y los amigos están disponibles con más frecuencia.
Sin embargo, este verano tuvo un poco más que sólo eso. Este verano conviví con mi pareja, no un par de días, no el día entero y luego a dormir cada uno a su casa. Estuvimos un mes viendo los temas de casa: el aseo, la mercadería, el lavado, los horarios de comida, las cuentas… todo.
Si bien había cosas más tediosas que otras, creo que se nos hizo fácil y grata la convivencia; algunas discusiones ilógicas y otras con sentido, pero nada que no se pudiera superar.
Hubo de todo un poco: viajes, panes de auto, carretes, visitas al cine, amigos, piscina, días de aburrimiento, ricas comidas, regalos, trabajo, peluquería, juegos, películas y mil cosas más.
Estoy segura de que eres para mí, eres mi amigo y mi amante, y como las cartas no mienten, la decisión está tomada, ahora sólo queda hablar con quienes hay que conversar.
Salud por un verano intenso… un verano que aún no ha terminado.