domingo, 29 de agosto de 2010

Mundo cruel, muy cruel. I parte

Han pasado tantos años.

Cuando niña tenía una amiga incondicional, era tan pequeña pero tan madura para sus cosas, era una chica de bien, inteligente, simpática, matea, lo tenía todo, la admiraba mucho. Jugábamos a la herencia de tía Ágata toda la tarde, armábamos puzles o jugábamos en el piano, quién sabe lo que un niño puede inventar para entretenerse, más con ella que siempre fue la niña más inteligente y creativa que conocí.

Recuero el particular olor de su casa, sus muebles, sus comidas, a sus padres, los juegos, los gritos, todo, wow, han pasado tantos años.

Pero las cosas malas siempre le pasan a la gente buena. Ella era tan inteligente como su padre, un ser brillante, pero le pasó la cuenta y las dejó, a ella, su madre y sus tres hermanas pequeñas. Por cosas de la vida, las cinco mujeres que vivían al lado de mi casa se cambiaron muy lejos de allí, y sin quererlo mi amistad con ella llegó a su fin de manera abrupta, siempre mantuve la esperanza de que la volvería a ver.

Pasaron alrededor de diez años en los que no paré de buscarla, la buscaba por internet, en las guías telefónicas, le preguntaba a los amigos, busqué la casa de su abuela pero nada, así que desistí.

Cuando uno menos busca las cosas es cuando ellas llegan solas, un día, para las elecciones del 2009 me quedé dormida en el auto mientras mi mamá votaba, cuando siento un leve golpeteo en el vidrio que en otra circunstancia jamás me habría despertado, pero ese era especial; miré hacia arriba y vi los ojos más especiales y guardados que tengo en mi memoria, no sabía quién era pero esos ojos me decían que tenía toda una historia con ellos, me reincorporé y la reconocí. ERA ELLA, SIIIII, ERA ELLA. Mis ojos se llenaron de lágrimas y me bajé del auto con tanta alegría, me dijo que estaba con las hermanas vendiendo unos helados para scout, que la acompañara a saludar. Estaban tan grandes todas, yo las recordaba pequeñitas, a una de ellas la recordaba en brazos recién nacida. Nos dimos los teléfonos y me contó que estudiábamos lo mismo y que estábamos al lado, intentamos proponer no perder el contacto y me fui muy contenta a casa. Todo esto no duró más de cinco minutos, pero me sentí como creí que se sentían las personas cuando se reencontraban en el “venga conmigo”.

Sin embargo no duró mucho mi idea de mantener el contacto, no la volví a ver y no supe más de ella, hasta ayer.

….

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Qué te pasa? - N.A.D.A.

Es tan difícil entender lo que la gente no quiere que entiendas, lamentablemente si lo hacen sentir es inevitable no tratar de hacerlo. Generalmente las personas somos curiosas y sobre todo cuando lo sucedido nos relaciona directamente.
Creo que siempre he sido lo suficientemente directa para manifestar las cosas que siento y las que no, cuando algo no me parce, o me hace sentir triste no lo esconderé tras palabras bonitas para que alguien me pregunte y responder "NADA". De hecho suelo ventilar todo lo que pasa por acá adentro. A lo mejor es una mala práctica, pero a mi parecer es la más sincera que tengo.
Detesto no saber lo que le pasa a la gente que está a mi alrededor, más aún, detesto no saber que le pasa conmigo a la gente que quiero.

Esa maldita pregunta y su respuesta ¿creen que la gente es tonta?

viernes, 13 de agosto de 2010

^^ CONCIERTOS ^^


Damas y caballeros... este año me propuse que sería un buen año para mí y no me he equivocado... hasta el momento...
Ahora deseo que Octubre sea un mes lleno de sorpresas y felicidad, pero sobre todo... lleno de conciertos. Y conciertos demasiado geniales...

¿Qué mejor año que éste?...

"Lo mejor está por venir" xD

domingo, 8 de agosto de 2010

Carne a la Parrilla

¿Alguna vez te sentiste útil de una determinada forma? Apuesto a que sí, es exquisito saber que puedes ayudar a las personas con sus vidas, incluso en lo más mínimo. Sobre todo cuando se trata de alguien a quien le haz dado mucha importancia en tu día a día. El problema comienza cuando esa utilidad deja de ser en un contexto y pasas a ser útil como un objeto, con un único propósito determinado, para el cual ni si quiera estás de acuerdo.

...

Pasó la noche y la cinta seguía corriendo, a veces escuchaba sus mudos gritos y podía tomar la trama de lo sucedido, sin embargo, el sueño era más poderoso y volvía a sacarla del relato. A medida que el reloj avanzaba dormitaba, hasta que el sueño se tornó un tanto confuso, a tal punto que no sabía si era real, pero era demasiado irreal como para insertarlo en la realidad... ¿se entiende hasta acá?...hizo caso omiso y trató de seguir durmiendo, aunque realmente su sueño era casi imposible de dejar a un lado, insisto lo irreal era demasiado real.
Al cabo de unas horas todo se intensificó, no era un sueño, era real, tristemente, mientras ella dormía...
Decidió y se obligó a seguir durmiendo, quizás sí estaba soñando y así tendría el chance de que todo hubiese terminado a la mañana siguiente, pero con el salir del sol todo se hacía más claro, no había forma de negar lo ocurrido, despertó a su cuerpo, pues si bien su mente funcionaba al mil por ciento -no podía parar de pensar, cuestionarse, dudar, interpretar, etc.-, aún no había logrado reaccionar. Y adivinen... no lo haría tampoco.

Levó las manos a su rostro y no se atrevió a decir nada, sólo a guardar silencio... su mente volvió a aquella vez, a aquellas dos veces. Se sintió de la misma forma, útil como un objeto, sólo un vil objeto. Pues no había otro valor para ella en ese momento, mas que el de un pedazo de carne.
Sin sentirse digna para mirar al sol se puso de pie y corrió a la ducha para quitarse toda esa mugre que sentía dentro, cómo no haber defendido su propio cuerpo, esta vez sí tuvo la oportunidad y no lo hizo. Al salir del agua, se sentía más cómoda, pero no más aliviada, no menos culpable. Jamás se iba a comprar con lo anterior, imposible, la rabia era con ella, tapar su rostro no era defender lo suyo, era esconderse.

El sol se esfumó y todos comieron asado.

lunes, 2 de agosto de 2010

Que si, que no.

Te quiero, pero no te quiero cerca; quiero hacer las cosas bien, pero no haré nada; quiero ser mejor, pero no lo voy a intentar; quiero ser sincero, pero voy a mentirte; quiero hablar fuerte y claro, pero desde mi silencio; quiero ser más determinante, pero que tú tomes las decisiones; quiero que viajemos, pero sin tener que levantarme de mi cama; quiero que me escuches, pero no diré nada; quiero que me digas, pero no te voy a oír; quiero que seas libre, pero te revisaré las cosas; quiero que me veas como hombre, pero nunca seré capaz de actuar como tal; quiero que seas feliz, pero haré todo lo que esté a mi alcance para que eso no sea así.

Decisiones, determinaciones, pantalones, cojones... son palabras que jamás comprenderías.